El Poeta




Esta historia pertenece al blog de Dante: Crónicas Onirikas. Él es su autor. La razón de por qué lo pongo aquí, es porque me dedicó esta historia, cosa que le vuelvo a agradecer desde aquí. Así que, esperando que vuelva a vislumbrar alguna flor a través de la ventana de Onirika, deseando que vuelva a escribir, os dejo con un pedazo de su arte:

EL POETA

Dickens corrió las cortinas de su habitación para que nadie le viese escribir. Desde que habian prohibido la poesia en Ciudad Marchita se habia encerrado en su casa. Allí, en su intimidad, escribía sus poemas al amparo de un candil,donde nadie pudiese delatarle.
Todos aquellos versos estaban escritos con la mente puesta en ella, su amada Victoria.

Pero en Ciudad Marchita estaba prohibido amar, así que aquellos poemas que escribía estaban impresos en su piel y en su memoria,su carne ya maltrecha había sangrado tanto que apenas sentía ya dolor cuando la cuchilla surcaba su geografía formando letras y símbolos que sólo el podía descifrar. Su cuerpo se había convertido ya en un mapa sin fronteras donde todos los países se llamaban igual,amor inmortal. Dickens era una cicatriz que sólo sus harapos ocultaban las pocas veces que salía a la calle,aquellas veces que se mezclaba entre la gente gris de Ciudad Marchita.

Dickens era un mounstruo,alguien que no tenía cabida en aquella tierra.

Aquella noche se había citado con Victoria,se verían mas allá de las fronteras de Onirika,en un lugar remoto al que llamaban "El Jardin de las Estatuas de Sal". Allí nadie podria verles y Victoria podría leer su cuerpo desnudo a la luz de la luna y el podría recitarle aquellos símbolos que le adornaban.

Bajo la luz crepuscular, Dickens abandonó su casa,vigilando que nadie le siguiera,con total sigilo,jamás había estado allí,nunca habia salido de Ciudad Marchita, pero estaba dispuesto a todo por ver a Victoria, aunque tuviese que atravesar un páramo,un lago y un bosque seco.

Y así lo hizo.

y allí estaba ella,tan pálida...tan hermosa...bajo el resplandor ondeante de las dos antorchas que eternamente flanqueaban las rejas del jardín de las Estatuas de Sal,como una visión divina.

Dentro del jardín desataron su pasión en silencio. Él le recitó sus versos y ella leyó sus cicatrices.

"Nunca imaginé que el cielo estaba justo entre tus brazos"

Y ella le abrazaba...

"Que el invierno moriría con un roce de tus labios"

Y ella le besaba...

Entre estrofa y estrofa hicieron el amor bajo las estrellas,en una cama de hierba fresca que olía al rocío de la noche, sólo vestidos por el resplandor de la luna llena que se reflejaba en sus cuerpos temblorosos como un plácido mar de luces de hada.

"Sólo pido un lugar en tu mundo".

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Faltaba poco para el amanecer,casi había llegado el momento de separarse antes de que el sol apareciera tras las montañas y pudiesen ser descubiertos. Caminaron por el Jardín de las Estatuas de Sal cogidos de la mano para devorar juntos los últimos minutos de aquella mágica noche y llegaron a una fuente de marfil,una fuente seca,abandonada y cubierta de hiedras. Junto a ella había un estatua de sal.

"Este es Dante"-le dijo Victoria tocando la mano de la estatua-mi abuelo me contó su historia,¿la conoces?
"Jamas oí hablar de él"
"Hablar de Dante está prohibido en Ciudad Marchita,quizá sólo sea una leyenda,un cuento para niños, pero mi abuelo me dijó que llegó a verlo hace ya muchos años"
"Cuéntame la historia"
"Dicen que desde aquí mira a una estrella,aquella estrella de allí,la estrella muerta. Mi buelo,Stoker, me contó que hace muchos años...."

Y así, Victoria le relató a su amado la antigua leyenda de Dante,una bonita historia de amor y arte que jamas pudo ocurrir en la tierra gris. Después ambos se separaron después de un cálido beso, sin percatarse de que habian sido observados por el virus gris,una enfermedad que llena de celos e ira. Había decidido que aquel iba a ser el último beso que jamás nadie pudiese dar en Onirika. Se lo juró a sí mismo mientras convertido en cuervo se alejaba graznando improperios contra los dos amantes.

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Dickens durmió durante todo el día. Soñó con el jardin de las estatuas y con la leyenda de Dante,soñó con Byron,Shelly,Verne y Poe,soñó que la estatua le hablaba y le señalaba a otra estrella,soñó que le decía:"despierta Dickens,tu estrella se muere,despierta".

Y Dickens despertó empapado en sudor. Ya casi había anochecido de nuevo y los últimos residuos del día entreban tímidos a través de su ventana. Los últimos rayos de luz que apenas iluminaban su habitación...no,no era la luz del atardecer,era muy tarde ya,aquella luz venía de otro sitio.

Descorrió las cortinas y miró su jardín. En él, cientos de personas grises portando candiles rodeaban su morada silenciosamente. Venían a por él,a por el monstruo del cuerpo lleno de cicatrices.

Y entre ellos estaba Victoria.

"Este es ahora mi mundo"

Victoria era gris,tan gris como los demás. Un grupo de personas grises susurraban palabras grises a sus oidos y con cada palabra gris ella más gris se volvía. La habían capturado.

Un niño gris salió de entre la multitud y le dijo:

"Dickens,has incumplido las leyes,se te acusa de haber amado sin pedir nada a cambio,se te acusa de haber escrito poemas de amor,se te acusa de hablar de cosas prohibidas,se te acusa de soñar,se te acusa de suspirar,se te acusa......."

Los grises personajes habían llegado ya hasta su casa y golpeaban incesantemente la puerta con la intención de capturarlo. El virus gris era fuerte en ellos y se colaba el hedor a desidia que emanaban.

Dickens colocó un aparador de caoba en la puerta a sabiendas de que aquella medida de contención sería insuficiente para frenarlos. Miró a través de su ventana y vio por última vez a su amada,con la mirada perdida,el rostro complaciente y exenta de sentimientos. Después, con lágrimas en los ojos, se sentó en su escritorio y abrió el pequeño cajón donde guardaba su particular utensilio de escritura. La cuchilla resplandeció fulgurante y Dickens escribió su último poema. Lo escribió tan profundo que los versos brotaron de sus venas como cálidos ríos.

La puerta de sus casa cedió por fin al empuje de los hombres grises y allí lo encontraron,en un charco de sangre ,inerte, pálido, con una herida abierta en su brazo en forma de letras.

"Sin ti no hay mundo".


Si queréis conocer qué es el Jardín de las Estatuas de Sal, y quiénes son Dante, Verne, Shelly, Byron, Poe... Lo podéis ver en su blog de Myspace: www.myspace.com/deliriun

1 comentarios:

Anónimo dijo...

que al menos una persona haya creido en el mensaje significa mucho para mi,por fin he visto una flor a traves de la ventana de onirica.
gracias.
-dante-