Microcuento Nº 2



Aquel escritor se encerraba a escribir en su buhardilla con la única luz de una vela.

Agitaba su coctelera llena de palabras y luego las derramaba sobre el papel. Normalmente, la combinación de palabras no tenía sentido alguno, y cuando, ocasionalmente, lo tenía, resultaba frío, artificial, vacío...

Así, noche tras noche, el ánimo del escritor en conseguir una obra maestra se fue tornando en desesperación. Tanto, que una noche, frustrado, en un arranque de ira se bebió el contenido de la coctelera de palabras. Pero las palabras erraron el camino ( ¿ o no?), y en lugar de a su estómago, fueron a parar a su corazón. El corazón no fue capaz de soportarlo. Las expulsó, y el escritor vomitó las palabras sobre el papel.

Entonces todo tuvo sentido.


Bueno, ya sabéis que os toca ponerle título ;-) Un abrazo.

6 comentarios:

Pandora_cc dijo...

Me encanta este cuento. Te lo creas o no tengo un amigo que está en esta misma situación... Bueno, miento, ahora está hipando, saboreando el rastrillo de ese cóctel de palabras.

Mi propuesta: Digestión.

Un abrazooo!

Alicia dijo...

Deséale mucha suerte a tu amigo de mi parte ;-)
Y como siempre, muchísimas gracias por tu aportación.
¡Un beso!

Ricardo Miñana dijo...

Un placer pasar por tu casa,
si te gusta la poesía te invito a mi blog,
que tengas un feliz fin de semana.
cordialmente.

Niewen dijo...

Me gusta el cuento, conciso, pero directo. Mi propuesta: ¿Camino equivocado?
Un abrazo, te andaré espiando :)

Niewen

Alicia dijo...

Muchas gracias, Ricardo. Me pasaré por tu blog. Un saludo.

Alicia dijo...

Me alegro de que te guste, Eryel :-). Por mi parte, encantada de que me espíes y muchas gracias por tu título. Sin vuestros comentarios y títulos, esta iniciativa mía de los microcuentos no tendría sentido.
Un abrazo.